La construcción del Muro de Berlín y, especialmente su caída, han
formado parte de los momentos más importantes de la historia del siglo
XX. Este muro dividió Berlín en dos partes durante 28 años, separando a familias y amigos.
Al finalizar la II Guerra Mundial, tras la división de Alemania,
Berlín también quedó dividida en cuatro sectores de ocupación:
soviético, estadounidense, francés e inglés. Las malas relaciones entre los comunistas y los aliados fueron creciendo hasta llegar al punto en que surgieron dos monedas, dos ideales políticos y, finalmente, dos alemanias. (aquí)
En 1949, los tres sectores occidentales (estadounidense, francés y británico) pasaron a llamarse República Federal Alemana (RFA) y el sector oriental (soviético) se convirtió en la República Democrática Alemana (RDA). Berlín quedó dividida.
El muro que comenzó siendo una alambrada provisional de 155 kilómetros, acabó por convertirse en una pared de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de altura con un interior formado por
cables de acero para aumentar su resistencia tras numerosos intentos de escape. En la parte
superior colocaron una superficie semiesférica para que nadie pudiera
agarrarse a ella.
Acompañando al muro, se creó la llamada "franja de la
muerte", formada por un foso, una alambrada, una carretera por la que
circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de alarma, armas
automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros
las 24 horas del día. Se podía decir que escapar era casi imposible, aun así, fueron muchos los que
lo intentaron. En 1975, 43 kilómetros del muro estaban acompañados de las medidas de
seguridad de la franja de la muerte, y el resto estaba protegido por
vallas. (aquí)
A pesar de que el muro era casi insuperable, la emigración de
alemanes del este continuó por otras vías, a través de embajadas y otras
fronteras. Eran cada vez más frecuentes las protestas en Berlín para
exigir más libertades. El entonces presidente de la RDA, Erich Honecker,
renunció el 10 de octubre de 1989.
El nuevo gobierno promulgó al principio una legislación que regulaba
los viajes, pero no fue bien recibida, así que se intentó suavizar.
Cuando el Secretario Günter Schabowski, en una rueda de prensa el 9 de
noviembre anunció las medidas, erróneamente anunció que “de inmediato”
quedaban derogadas todas las restricciones para viajar de un lado a otro
de la ciudad. El error sólo fue de fecha, ya que la medida se haría
efectiva al día siguiente para permitir organizar a los viajeros. Pero
el anuncio de que la medida era inmediata provocó que una muchedumbre se
volcara hacia los puestos de control del muro para ir a Berlín Oeste.
Enterados del anuncio en la RFA, del otro lado del Muro una muchedumbre
se congregó para recibirlos.
Los soldados de los puntos de control, sin órdenes claras sobre lo
que debían hacer, no se atrevieron a impedir el cruce de las personas,
lo que provocó que una cantidad cada vez mayor de personas se reuniera
durante esa noche, y el día siguiente, para pasar al otro lado. Las
personas comenzaron, como podían, a destruir el muro, aunque se conserva
una sección del mismo como monumento conmemorativo. (aquí)
La caída del Muro de Berlín se sitúa como uno de los eventos que junto
con la desintegración de la Unión Soviética, marca el fin del comunismo
como forma importante de gobierno. Para los alemanes, el fin del Muro
inició el proceso de reunificación de Alemania, que hoy día es un solo
país, como antes de la Segunda Guerra Mundial.
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