Este último 8 de Noviembre se cumplió el primer año desde la victoria del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Este hace poco mas de aun año hacia temblar a los mercados y auguraba el peor de los resultados tanto económicos como sociales para a nación de los Estados Unidos, cosa que influiría significativamente en los resultados globales, ya que es la principal potencia mundial.
Pero contra todo pronostico el resultado es que un año después sitúa al país en una buena situación económica, muy contraria a los pensamientos pasados. Estados Unidos, con Donald Trump, ha conseguido un crecimiento acelerado al 3 % anual y una reducción generalizada del desempleo. Se encuentra en el 4,1 %. Aumentando la confianza que depositan tanto los consumidores como las empresas . (aquí)
Barack Obama dejó una buena economía a sus espaldas cuando antes del gobierno de Trump. Desde la llegada de este a la Casa Blanca en enero el crecimiento se ha acelerado y el índice de desempleo ha continuado disminuyendo, aunque ya se encuentre cerca de los niveles de pleno empleo.
Lo que se busca, y más complicado de esta situación es volver a ella el año próximo, con un mercado laboral el cual se encuentra una situación de pleno empleo, cosa que agrava el no encontrar personas bien cualificadas para los puestos de trabajo. (aquí)
Desde 2014 el mercado laboral sigue igual, cuando en este hubo una creación de treinta millones de empleos. El dato preliminar de 2017 está a nivel de hace seis años. Esto sin embargo, podría provocar una aceleración en el alza de los salarios y elevar la presión del lado de la inflación.
Las remuneraciones subieron un 2,5% en el año. Lo normal en una fase expansiva de la economía es que lo haga por encima del 3%. Lo razonable, según los economistas de JP Morgan, es que en la coyuntura actual, la mejora de las condiciones del mercado laboral se vean más definidas en el aumento de los salarios de los trabajadores, que en un aumento del empleo de los mismos. Eso, a su vez, podría elevar los precios.
Además, la propuesta de reforma fiscal impulsada por Trump , que habla de importantes recortes de impuestos para empresas y trabajadores se plantea va a suponer un impulso adicional al crecimiento económico .
El plan rebaja el impuesto de sociedades que pagan las empresas del 35% al 21%.
Trump -que la ha calificado de la mayor de la “historia reciente” de EEUU-, asegura que una vez en en marcha aportará un impulso adicional al crecimiento económico hasta hacer que llegue al 4 % o 5 % anual, algo no visto en el país en casi dos décadas.
Numerosos economistas han expresado su preocupación acerca de si es posible sostener este ritmo de crecimiento ya que consideran que es complicado imaginar que con un 4,1 % de desempleo, la economía podrá seguir creando alrededor de 200.000 empleos al mes.
(aquí), (aquí) y (aquí).
Debemos replantearnos el miedo que nos transmitía Trump, y si realmente está cumpliendo bien su cometido a diferencia de lo antes esperado.
Pero contra todo pronostico el resultado es que un año después sitúa al país en una buena situación económica, muy contraria a los pensamientos pasados. Estados Unidos, con Donald Trump, ha conseguido un crecimiento acelerado al 3 % anual y una reducción generalizada del desempleo. Se encuentra en el 4,1 %. Aumentando la confianza que depositan tanto los consumidores como las empresas . (aquí)
Barack Obama dejó una buena economía a sus espaldas cuando antes del gobierno de Trump. Desde la llegada de este a la Casa Blanca en enero el crecimiento se ha acelerado y el índice de desempleo ha continuado disminuyendo, aunque ya se encuentre cerca de los niveles de pleno empleo.
Lo que se busca, y más complicado de esta situación es volver a ella el año próximo, con un mercado laboral el cual se encuentra una situación de pleno empleo, cosa que agrava el no encontrar personas bien cualificadas para los puestos de trabajo. (aquí)
Desde 2014 el mercado laboral sigue igual, cuando en este hubo una creación de treinta millones de empleos. El dato preliminar de 2017 está a nivel de hace seis años. Esto sin embargo, podría provocar una aceleración en el alza de los salarios y elevar la presión del lado de la inflación.
Las remuneraciones subieron un 2,5% en el año. Lo normal en una fase expansiva de la economía es que lo haga por encima del 3%. Lo razonable, según los economistas de JP Morgan, es que en la coyuntura actual, la mejora de las condiciones del mercado laboral se vean más definidas en el aumento de los salarios de los trabajadores, que en un aumento del empleo de los mismos. Eso, a su vez, podría elevar los precios.
Además, la propuesta de reforma fiscal impulsada por Trump , que habla de importantes recortes de impuestos para empresas y trabajadores se plantea va a suponer un impulso adicional al crecimiento económico .
El plan rebaja el impuesto de sociedades que pagan las empresas del 35% al 21%.
Trump -que la ha calificado de la mayor de la “historia reciente” de EEUU-, asegura que una vez en en marcha aportará un impulso adicional al crecimiento económico hasta hacer que llegue al 4 % o 5 % anual, algo no visto en el país en casi dos décadas.
Numerosos economistas han expresado su preocupación acerca de si es posible sostener este ritmo de crecimiento ya que consideran que es complicado imaginar que con un 4,1 % de desempleo, la economía podrá seguir creando alrededor de 200.000 empleos al mes.
(aquí), (aquí) y (aquí).
Debemos replantearnos el miedo que nos transmitía Trump, y si realmente está cumpliendo bien su cometido a diferencia de lo antes esperado.
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